Bienvenidos a un espacio donde intentaremos abordar y tratar el acúfeno en todos sus aspectos.

Para poder abordar el acúfeno tenemos que tener claro las áreas que afectan al acúfeno, ya que se tiende a simplificar el acúfeno como solo un problema auditivo y en la gran mayoría de casos, afecta también a otras áreas, que son las que hacen que el acúfeno sea un terror para mucha de la gente que lo padece.

El acúfeno se tiene que abordar siempre desde cuatro áreas,

-Otorrinologica (Morfológica y funcional del oído)

– Psicológica (interferencias en la vida del paciente)

-Química (problemas previos y posteriores)

– Físicos y anatómicos.

Es importante y crucial abordar las 4 áreas de una manera ordenada y muchas veces simultánea, para poder tener una mejora rápida y sobre todo duradera, ya que muchas veces el paciente refiere que quiere que se le quite el acúfeno, pero olvida otro factor que son los que agravan el acúfeno, como un estado de ánimo depresivo, una obsesión desmedida e incluso problemas musculares debido a una ansiedad o hipervigilancia constante.

Estas 4 áreas, nos gusta sepáralas en 2 bloques.
La primera es la parte aditiva, que nos basamos en la parte morfológica y funcional del oído, para poder así saber el grado de degradación que tiene el oído.

El segundo bloque, es la parte psicológica, química y fisiológica, que es realmente la que hace que el acúfeno fluctúe.

Más adelante profundizaremos más en estos dos bloques.

Cuando nosotros tratamos el acúfeno desde estas cuatro áreas, vemos que somos capaces de conseguir estabilizar el acúfeno, la habituación (la no percepción molesta del acúfeno) o incluso la eliminación del acúfeno.

¿Por qué es muy importante estabilizar el acúfeno?

Nuestro cerebro tiende a ignorar todo estímulo que se mantenga en tiempo y forma durante un tiempo determinado, mientras no lo detecte como un elemento hostil.

En otras palabras, si conseguimos que el acúfeno tenga la misma frecuencia, volumen e intensidad siempre, nuestro cerebro le será mucho más fácil absorberlo.

El ejemplo que siempre pongo es:

«Cierra los ojos. Ponte la mano en las venas del cuello (Yugular). ¿Notas el latido? ¿Es cierto que tú no eres consciente del latido de tu corazón a diario, pero él sigue latiendo? Nuestro objetivo es que el acúfeno tenga la misma importancia, o que no lo notes, o que si lo notas que no sea perturbador para ti»

Es muy importante no caer en el error de intentar «curar» el acúfeno, ya que esto no es posible, pero no porque no pueda desaparecer, sino porque el acúfeno es un SÍNTOMA, no una patología, y por ende, un síntoma no puede ser curado, sino atenuado o hacerlo remitir, como intentamos y muchas veces conseguimos con el acúfeno.

En esta serie de blogs, lo que vamos a abordar son casi todas las posibles patologías asociadas que puede derivar a tener un acúfeno, junto con casi todas las consecuencias generadas por tener un acúfeno.

Todos los que me conocen, saben que intento ser muy didáctico, ya que es muy importante que el paciente sepa y entienda que es lo que está pasando en cada momento de su ardua convivencia con el acúfeno. Por eso, emplearé ejemplos o comparaciones con otros sistemas del cuerpo que tenemos «normalizados» e integrados, para que sea mucho más fácil su comprensión.

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